El libro llega a mí como regalo para uno de mis hijos, el día de su 9º cumpleaños. He de reconocer que el libro es una preciosidad, y causa un pequeño revuelo en su propietario, ya ha jugado a rol en alguna ocasión con adaptaciones del Descent y la Marca del Este, y no son pocas las veces que pide jugar a rol, pero desgraciadamente esto no es frecuente. Este libro, es su primer libro de rol en propiedad y lo agarra cual grimorio de gran mago, o como Gollum a su anillo.
Visto lo visto, no tengo más opción que hacerme fuertes propósitos de sacarlo a mesa en cuanto pueda, pero como en muchas ocasiones es más lo que uno quiere abarcar que lo que puede apretar.
Al ojear por encima el libro me resulta muy
llamativo su enfoque. Me parece todo un acierto el escalado de reglas y
tremendamente adecuada la fantasía de la ambientación. Es una pequeña joya, la
verdad.
Accedo
a la página de No Solo Rol y me descargo las hojas pre generadas de personajes.
Mi primer paso está dado.
Mi
firme propósito se va diluyendo debido a la vida real y a mi incapacidad para
gestionar mi tiempo. Ocasionalmente seguimos improvisando alguna partida de rol
con las miniaturas del Descent e incorporando a mi hija de 6 años pero
curiosamente el interés de mis hijos se separa de las miniaturas, y prefieren
la abstracción de las escenas sin representar en mesa. Y los poderes, sobre
todo los poderes de los personajes y las situaciones imposibles que le supongan
un reto intelectual.
Justo
el día del séptimo cumpleaños de mi hija menor, se me presenta la ocasión
ideal, aprovechando el cumpleaños haremos una acampada con los niños en una
parcela privada, y creo que no puede haber una mejor oportunidad que esta.
No
obstante, el día de un cumpleaños no es un buen día para prepararse una partida
y ni siquiera sabe uno si se jugará, la alta excitación de ese día, la guerra
de globos, los juegos con linterna etc. Es bastante probable que queden
rendidos al llegar la noche y no lleguemos a jugar, aun así, tengo claro que al
menos pasearé el libro como hago infinidad de veces con los juegos de mesa.
En
el Mercadona y mientras compramos los refrescos para el cumpleaños, esbozo en mi mente una línea argumental, todo
es cuestión de encontrar un buen conflicto, y esto es lo más que soy capaz de
organizar.
Mi
intención de dedicarle al juego un tiempo para la mecánica o la organización de
la partida queda frustrada por lo complicado de la semana laboral y de ese día.
Así que me resigno, echo el libro, unos dados de seis caras al coche y las
hojas de personaje impresas, y sigo con la logística del cumpleaños.
Cuento
esto porque sé que más de un padre se sentirá identificado con este tipo de
situaciones, y acaba encontrando más motivos para no jugar la partida que
desea, que para jugarla, y ya adelanto que en mi caso habría sido una pena
perder esa experiencia.
El
día se desarrolla según lo esperado, alto grado de estrés para los padres, alto
disfrute para los niños, y mil cosas de las que estar pendiente.
La
cosa es que a las tantas de la noche, sentados delante de unas tiendas que han
costado más de lo previsto montar, nos encontramos a oscuras con una silla de
playa para el master y delante de una pequeña lámpara; una niña gato de 9 años,
una Elfa de 7 años (la cumpleañera), un mago de 9, y un fauno de 6 años con una
padre que dará soporte a los niños y reconducirá las ideas más disparatadas.
Agarro
el libro y linterna en mano leo la introducción a la ambientación. El silencio,
la oscuridad, y creo firmemente que el cansancio, favorece que todo el interés
se centre sobre esta corta lectura. El ánfora de Pandora se ha roto……
A
cada niño les muestro las diferentes opciones de personajes disponibles y cada
uno escoge el que más le gusta, le leo sus características, pero lo que más le
ayuda a focalizar su personaje es la imagen que de cada tipo, se muestra en el
libro.
Cada
niño, empezando por los que ya han jugado alguna vez a rol, me devuelve una
historia de cómo sus personajes han llegado al mundo de Magissa, cuál es su
historia y sus características.
El
mago es el que más veces ha jugado a rol, y cuesta algo más de reconducir, la
excitación y las ganas de jugar le impide centrarse al principio en las
características de esta nueva ambientación, no obstante conoce las herramientas
y sirve de guía para indicar al resto como debe actuar. Tiene poderes para
controlar levemente los elementos y para lanzar un proyectil mágico.
La
niña gato nunca ha jugado a rol y le cuesta entender cómo se va desarrollar la
partida, pero se deja guiar fácilmente, sabe que es una chica muy Ágil,
presumida siempre lamiéndose, algo pícara y con garras peligrosas, no necesita
más.
La
niña elfa tiene clara su comunión con la naturaleza, ella cuida a los animales,
es buena con el arco, ágil, y una gran visión. Tiene poderes para influir en el
ambiente natural y los animales.
El
niño fauno es algo socarrón, fuerte, resistente, y hace siempre que puede alago
de sus cuernos embistiendo a quien se pase. Torito
torito….
En
el silencio de la noche, cuatro niños y un papa, sentados alrededor de las
tiendas, se crea una historia que paso a resumir.
Todo tiene un comienzo.
El
gran ciervo blanco llega a la aldea, lleva unos días rondándola, pero por miedo
no se acerca a sus habitantes. Nuestros amigos están firmemente decididos a
saber más de él y solo en un momento en el que la elfa se separa del grupo, se
muestra a ella firmemente mientras los otros permanecen a cierta distancia.
De
sus cuernos se desprende un jirón que vuela y se posa sobre las manos de la
elfa, en él se puede leer… La aldea del norte ha sido atacada por un gran brujo
que desea la joya mágica que alimenta de energía a la comarca.
Nuestros
amigos, firmemente decididos preparan un pequeño poni con viandas y mantas, y
salen en dirección a la aldea amiga.
El
camino es largo, está lloviendo, hace frío, y solo si se empeñan firmemente
podrían llegar en mitad de la noche hasta la aldea. No obstante uno de ellos
recuerda que en un cruce de caminos previo al pueblo, se encuentra una de las
más conocidas posadas de la comarca.
Deciden
llegar hasta la posada y a la mañana siguiente, emprender el camino hacia el
poblado.
Al
llegar a la posada, se dirigen a los establos y los encuentran desiertos. Largas
filas de boxes para caballos y animales se encuentran vacíos. Amarran al poni y
entran en la posada.
Otra de posadas.
La
posada está vacía y poco iluminada y no resulta agradable, pero con este frío y
esta lluvia, resulta muy reconfortante. El posadero aparece rápidamente desde
la cocina con una sonrisa en la boca, tiene una cara arrugada, amable y
sonriente.
¡Pasad!,
¡pasad! viajeros, debéis estar enormemente cansados después de un largo viaje.
Habla sin parar mientras rápidamente comienza a aumentar la iluminación de la oscura
y desierta sala. Prende la chimenea, y coloca el número de sillas adecuado en
torno a la mesa más próxima.
-
Esta es una prestigiosa posada y no encontrareis un lugar mejor en toda la
comarca, desgraciadamente desde la aparición del malvado brujo todo ha cambiado.
La gente no se atreve a andar por los caminos, y eso es malo, si muy malo.
Ya
nada es como antes, en otra época habríais tenido dificultad para sentaros a
estas mesas, y más a esta hora, a la que Tini estaría tocando el violín para
los jornaleros. Desgraciadamente las cosas cambian y nada permanece….
El
posadero sigue hablando mientras desaparece en la cocina. Al momento, aparece
de nuevo con una bandeja llena de caldo caliente en las manos y se sorprende al
veros aun de pié en mitad de la sala.
¿Pero
que hacéis ahí parados? Vamos sentaos, necesitáis calentar esos huesos, y si
hay algo que lo haga esa mi sopa. Pero ¡ojo! que esto es hasta donde mi
hospitalidad llega, son tiempos difícil y esto es una posada, tengo que
alimentarme, el resto lo pagareis.
Nuestros
aventureros se sientan a la mesa, y empiezan a tomar la sopa, salvo el mago, que
no se siente nada atraído por el olor de esa sopa.
La
sopa sienta bien y les abre el apetito, y mucho más las ganas de hablar, así
que pasan a interrogar al aturullado
tabernero que de pronto se siente sorprendido de tanta verborrea.
Cuenta
que desde la aparición del malvado brujo del robo de la joya de la ciudad, todo
ha ido de mal en peor.
El
mago se ha refugiado con la joya en el castillo del noble de la comarca, y
próximo al pueblo.
Son
extraños los sucesos que se cuentan desde entonces. No son pocas las veces que
se han tenido desagradables encuentros con orcos. ¡Orcos en nuestras tierras! ¡¿dónde
se ha visto?!
Al
parecer el brujo tiene algún tipo de poder sobre ellos y los controla a
voluntad. Tras el robo, los orcos le protegen en el castillo, no parece molestarle
la presencia de estas horribles bestias.
Son
malos tiempos para una taberna, yo… que he sido la envidia de toda la comarca.
Nuestros
aventureros deciden pasar la noche, han recuperado fuerzas con la sopa y la
comida ofrecida, y tienen una firme voluntad de recuperar esa joya.
Una mañana extraña.
A
la mañana siguiente, nadie madruga demasiado, se les han pegado bastante las
sabanas, y parece ya muy avanzada la mañana cuando se levantan.
Al
bajar el posadero les espera al pie de las escaleras tremendamente nervioso y
sin parar de frotarse las manos. Antes de que abran la boca, y entre balbuceos
ininteligibles, los dirige a la puerta y los saca al exterior.
El
cielo mantiene un color rojo intenso que les molesta a los ojos y que les hace
protegerse con las manos las caras. El sol, cuya visión es imposible soportar,
les quema la piel y les hace protegerse rápidamente de nuevo en la taberna.
El
posadero acierta a explicar que el cielo está ardiendo y que esto debe ser obra
del brujo.
Nuestros
aventureros no aciertan a desayunar, recogen rápidamente sus cosas y salen en
busca del poni. El poni está colérico en el interior de la cuadra y no para de
brincar y dar coces, parece que el también percibe algo en lo extraño del día.
La
elfa se acerca y lanza un hechizo sobre el poni que logra calmarlo.
Iniciada
la marcha, el bosque resulta tremendamente extraño hoy.
Ya
no llueve, y la luz rojiza del cielo lo envuelve todo con una pátina incómoda,
por otro lado, un silencio extraño lo cubre todo, no se escuchan animales en
las proximidades, y un curioso y fuerte olor, aunque no desagradable, se
percibe a lo lejos en dirección al pueblo.
Ese pueblo no es lo que esperaba.
Al
llegar al pueblo, desde lo lejos se observa un viejo puente de piedra que
atraviesa el río, y al otro extremo se ve la puerta de acceso a la ciudad. En
ella se ve a dos orcos haciendo guardia junto a la portada, y delante de este,
otro orco recogiendo un fardo de paja que se ha caído de una carreta y que
mantiene obstruido el camino.
Tras
una leve discusión nuestros amigos se acercan sin demasiados miramientos al
puente. Al otro lado, los orcos se percatan de su presencia.
Uno
de los guardianes corre al interior de la ciudad a voz en grito, mientras el
otro hace frente a nuestros amigos con un garrote en la mano. El orco que
recogía el fardo, lo suelta y coge un rastrillo de la carreta y de igual modo
hace frente a los visitantes.
Sin
demasiado tiempo a pensar, todo se ha complicado y nuestros aventureros se ven
envueltos en una refriega a la que se ha unido otro orco que a lo lejos
permanecía sentado a la puerta de una casa arreglando lo que parecía un zapato.
Todo
se detiene un momento cuando nuestro mago lanza un proyectil que impacta sobre
el guardián que lo derriba cayendo inconsciente y convirtiéndose de inmediato
en un niño centauro, al tiempo que el niño fauno embiste al orco que sujeta el
rastrillo e igualmente lo deja inconsciente, convirtiéndose de inmediato en una
niña guerrera.
Los
aventureros se miran unos a otros desconcertados y el orco que tiene un zapato
en la mano, sale huyendo hacia el pueblo.
Desde
el interior de la ciudad se escucha un gentío de voces guturales que descienden
rápidamente calle abajo.
Pies o pezuñas, para que os
quiero.
Los
aventureros deciden huir atravesando de nuevo el puente, y son perseguidos
durante cierto tiempo por un camino al otro lado del río. El camino parece
dirigirse en dirección al castillo, y ya nadie parece seguirles. No parece que
sus perseguidores parezcan muy decididos a darles caza.
Tras
un par de horas de camino, algo más calmados, a lo lejos aparece la silueta de
un castillo.
Saliendo
del camino y avanzando sigilosamente a través del bosque, consiguen acercarse
de manera segura a cierta distancia de la puerta.
El
castillo mantiene un portón parcialmente abierto, y el único guardián orco que
se ve, mantiene su atención en el interior del castillo con la cabeza perdida y
asomada hacia dentro.
A
través del portón parcialmente abierto se ve un pozo en lo que parece el patio
central del castillo, y se escucha el ruido de una fuerte discusión en el
interior.
Un castillo y una discusión.
Se
genera un ávido debate entre nuestros aventureros, el fauno quiere ir al pueblo
a contratar unas bailarinas para distraer al guardia. Nuestro mago desea elevar
una columna de agua del pozo, pero solo podría elevar un chorrito de agua (no
es capaz de mas) desde el fondo.
Nuestra
elfa y nuestra gata, deciden rodear el castillo, el cual no es muy grande, cada
una de ellas por un lado, y acaban encontrándose al otro lado sin contratiempos.
Elfa
y gata deciden escalar la muralla.
Mientras
nuestro mago consigue que el pozo se convierta en una bonita fuente y se
silencie la discusión en el interior, nuestro fauno embiste al guardián al
grito de ¡Torito Torito!.
El
guardián sale despedido y la hoja del portón del castillo se abre por completo,
al caer el orcose golpea y queda inconsciente, convirtiéndose de inmediato en
un niño gato.
La
chica elfa llega a lo alto de la muralla y prepara su arco mientras recorre con
la mirada el interior del castillo.
La
chica gato trastabilla y está a punto de caer, pero sus garras evitan que
pierda una de sus 7 vidas, y aunque más tarde, consigue llegar a lo alto y
participar de la situación aportando su ballesta.
Tras
un complejo combate, tres orcos han sido reducidos quedando inconscientes, y
convertidos en niños centauros y gato. Nuestros amigos han recibido más de un
golpe y no han escapado de rositas, no obstante, no parece que de momento nadie
más irrumpa en el patio central.
No debemos estar lejos del final
Toman
la decisión de dirigirse a la torre del homenaje. El acceso y las escaleras no
ofrecen resistencia pero al final una puerta frena un impetuoso ascenso.
Mientras
ascienden, se oye una potente trompeta que cruza el aire.
Al
intentar abrir la puerta, desde el otro lado, se escucha una voz de alguien que
implora clemencia. La voz nerviosa es extraña y tiene un marcado acento, aun
así se le entiende perfectamente.
¡Por
favor! ¡No me hagáis nada! ¡He dado la señal de alarma y los habitantes del
pueblo pronto estarán aquí para ayudarme! ¡Huid!.
¡No
podréis robar la joya del pueblo!
Los
personajes algo confusos tumban la puerta y entran con recelo en una gran
habitación.
Al
otro lado ven aun orco vestido con ropas nobles, y escudriñan la habitación
buscando alguien más, pero esta parece vacía.
El
orco de nuevo se dirige a ellos.
Un extraño desenlace.
Noble
orco.
-
¡No os podéis llevar la joya de nuestro pueblo! ¡La necesitamos, alimenta de energía
la comarca! ¡La necesitamos para vivir!
-
¡Decidle al brujo que nunca la tendrá!
Nuestros
compañeros están confundidos, el silencio se ha apoderado de ellos y solo el
mago hace mil preguntas sin parar.
Mago
-
¿Pero si vosotros habéis robado la joya?, ¿Dónde está el mago?, ¿Dónde la tiene
escondida?
-
¿Por qué los orcos ayudáis al mago?
Noble
Orco.
-
¿Orcos?,¿Pero si vosotros sois los orcos?
Mago
confundido.
-
Nosotros no somos orcos, ¡tú eres un orco!
Noble
Orco confundido.
-
Pero… ¿estáis ciegos? Mirad ese espejo ¿No os veis? El orco confundido señala
un gran espejo, a un lado de la habitación.
Nuestros
personajes se miran al espejo y se ven.
Mago
Orco.
-
Silencio… pero… pero…
Noble
no tan orco.
-
Vosotros sois los orcos.
Cuando el cielo es rojizo.
Nuestros
intrépidos aventureros de pronto lo entienden todo.
La
sopa, el tabernero, el poni encabritado, el cielo rojizo,…
El
tabernero era en realidad el mago haciéndose pasar por él. La sopa era realidad
un brebaje mágico que durante la noche los transformó.
A
la mañana siguiente el cielo estaba rojo porque así es como ven el cielo los
orcos. El poni se encabritó cuando se acercaron porque los vio transformados, y
solo el hechizo lo calmó.
El
bosque estaba en silencio porque los animales se alejan de los orcos, y el olor
nada desagradable, es el olor a humano por el que se sienten atraídos los
orcos.
El
hechizo evitaba que se vieran como son, y hacia que vieran a los humanos como
orcos.
¿Pero
cuando se ha visto a un orco con una carreta recogiendo fardos de paja, o
arreglando zapatos?
Solo
cuando los humanos caían inconscientes, los veían con su verdadera forma. Menos
mal que no hirieron de gravedad a nadie, y que el noble sabía hablar orco.
Fin
Se
sienten engañados, estaban trabajando sin saberlo para el mago y para robar la
joya, que por precaución habían decidido trasladar hasta el castillo del noble
la gente del poblado. De alguna manera y una vez con la joya en poder de
nuestros aventureros, el mago habría vuelto a aparecer para conseguirla de sus
manos.
El
noble, promete llevarlos con escolta y sin daños al pueblo, y que el anciano
curandero les dé un brebaje para eliminar los efectos de la poción.
Nuestros
aventureros prometen buscar al mago, y capturarlo. Pero esa historia será
contada otro día, bajo otro cielo.
Es muy entrada la noche. El mago
permanece de pie altamente excitado por el desenlace, al igual que la gata que
no hace sino preguntar qué habría pasado si no hubieran tomado la sopa, ¡o si!,
¡o si!....
La elfa cayó rendida de sueño en
las escaleras de la torre, y el fauno está enormemente orgulloso de sus
embestidas y de no haber hecho daño a nadie.
Mirando sus caras, y aun no viendo
la mía, no sabría decir quien ha disfrutado mas esta noche.
PD:
Con cariño para Miguel, Abril, César, y Sofía 26/08/2017
Y
mil gracias a Daniel.
En
breve colgaré el módulo de la partida, para todo aquél que quiera aprovecharla.
Gracias a ti , Máster ! . Estamos deseando continuar con la historia
ResponderEliminarCuenta con ello.
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